Menu Close

Una boda de costumbres en San Vitero, Laura y Sergio

Llegamos a la pequeña localidad de San Vitero, al oeste de la provincia de Zamora, con grandes expectativas y no fueron para menos. Allí nos esperaba Laura, que se preparaba acompañada por su madre Teo, que le ayudaba cuidadosamente a vestirse para que Laura luciese el modelo Maricel de Pronovias, un bello e imponente vestido que Laura escogió para este momento. Quién nos iba a decir con lo bella que iba el tumultuoso recorrido que le esperaba y viviría después en las calles del municipio.

A la puerta de la novia esperaban ansiosos los invitados, vecinos, y Sergio, ya que según la tradición de los habitantes de San Vitero deben esperar la salida de la novia para acompañarla caminando por las empedradas calles y recorrer juntos el trayecto hasta la iglesia. Un divertido momento que hace que el camino hasta el altar sea como una auténtica peregrinación de adoración a la novia.

Sergio, enfundado un elegante traje de Dsquared que derrochó ilusión e hizo que nuestras cámaras fueran testigos de la gran complicidad que tiene esta pareja, de sus cariñosas miradas, de su felicidad y de su amor ; y de la inmensa alegría de todos aquellos que les acompañaban en tan inolvidable momento.

Pero lo sorprendente llegó tras la comida cuando descubrimos que las costumbres de las bodas de San Vitero se asemejaban más a las de una fiesta popular o una despedida de soltero que a las de una boda tradicional. Los invitados embargados por la emoción montan a los novios en un pequeño carro de madera, que haciendo equilibrios constantemente intentan no caer. Y como dicta las costumbres, Laura y Sergio pasearon dando tumbos por el pueblo acompañados de las risas y el jolgorio de los que les acompañaban. Sin duda es un momento único e irrepetible.

Pero aún nos esperaban más sorpresas. Al llegar a la pila del pueblo, Sergio aún debía enfrentarse a otra prueba de fuego. Los jóvenes le dieron lo que podríamos llamar un «bautismo matrimonial». Se trata de un fresco chapuzón de todos los jóvenes hombres en la pila del pueblo. ¡Menos mal que Sergio se había cambiado de ropa para disfrutar de este baño!.

No podemos más que dar las gracias a Laura y Sergio por compartir esta singular experiencia y que nos permitieran obtener unas imágenes tan especiales. Un enlace diferente repleto de vivencias y de momentos únicos.